En el proceso de cremación, los restos de la mascota son sometidos a un fuego directo por un lapso de 45 minutos a 2 horas, dependiendo del peso y tamaño de la misma. Este proceso se hace en un horno de cremación a una temperatura promedio de 800 °C. En este proceso, la materia orgánica se consume casi por completo (el pelo, la carne, la grasa, los cartílagos e inclusive los huesos mas pequeños y mas débiles se subliman), solo quedando los fragmentos óseos más densos (como fémur, cráneo o vértebras), los cuales se pulverizan en un triturador para obtener las cenizas que finalmente se entregan en una urna.
El color de las cenizas de una cremación puede variar y no son necesariamente blancas. Generalmente las cenizas son de un color gris claro a oscuro, con una textura que puede llegar a ser similar a la arena. El color final depende de varios factores, como la composición mineral del cuerpo, la temperatura y la duración del proceso de cremación.
En la cremación, las cenizas representan del 2% al 5% del peso de la mascota, considerando que la mascota está en un peso optimo. Una mascota con sobre peso no genera más cenizas, ya que las cenizas se obtienen solo de los restos óseos que quedan al final del proceso; igualmente una mascota que por vejez o enfermedad tiene una menor densidad ósea, generara menos cantidad de cenizas.
Entendemos lo importante que es para usted tener la certeza de que el proceso se ha llevado a cabo con respeto y transparencia. Por ello, en nuestro servicio, proporcionamos un video como evidencia. En él podrá ver a su querida mascota dentro del cremador, seguido de unos segundos donde se muestra el encendido del equipo y el inicio del proceso de cremación. Luego, se procede al cierre del cremador para continuar con el procedimiento completo.